viernes, 14 de octubre de 2016

La foto del viernes: recuerdos de boda "Correosos"


Muchos se están acordando en estos días, en que ha empezado el juicio oral sobre el caso Gürtel, de aquella fastuosa boda de la hija de José María Aznar, en El Escorial. Una boda "principesca", como nos la presentaron entonces, en plena mayoría absoluta del entonces presidente del gobierno, donde asistió lo más chic del momento. Muchos de los invitados se sentaron en el banquillo de los acusados luego, por diversos casos (incluso invitados internacionales) y ahora también toman asiento en los bancos de la Audiencia Nacional (donde, en otra planta, se juzgan los protagonistas de las tarjetas black de Bankia, con algún que otro asistente a la boda). Hace tiempo dije que aquella boda se parecía al patio de Monipodio, el patio de los ladrones que aparecen en la novela Ronconete y Cortadillo, de Miguel de Cervantes. Y, por las declaraciones de Francisco Correa (otro de los ilustres invitados al enlace Agag-Aznar), cada vez estamos más seguros de que fue algo así. Comisiones a cambio de contratos públicos, dinero en Suiza, financiación ilegal del PP... Eso sí, una declaración bien pensada, con sospechosas exculpaciones (Rajoy) y acusaciones para otros, que dan que pensar en la búsqueda de ayudas "poderosas". Es tan amplio el arsenal inculpador que es imposible negar lo evidente, pero sospechamos que alguien ha sugerido que, ahora que parece que va a haber investidura en la presidencia del gobierno, las "manchas" no salpiquen ese nombramiento. Una declaración "correosa", por su dificultad de sostener en su totalidad, como por quien la efectúa (Francisco Correa). Como resultó "correosa" aquella boda donde nadie se cortó un pelo al presumir de influencias.

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