jueves, 14 de julio de 2016

El carrito de los helados


Sabemos que hay diferentes formas de mitigar el calor del verano, como he contado más de una vez aquí. Una  de ellas, además es nutritiva: los helados. De niño compraba helados en las confiterías, en los quioscos provisionales que se ubicaban en determinados puntos del casco urbano, y también los adquiría en los carritos, esos puestos móviles que recorrían la población, cargados de su preciado producto. En ellos tenían tanto polos (el helado de hielo con sabores diferentes), cucuruchos (de  una o dos bolas), te servían "cortes" (piezas de una barra de helado cortada a cuchillo y presentada entre dos galletas) y vendían los  clásicos hechos con leche y de diferentes sabores también. El carrito de los halados se ha convertido en un clásico que muchas veces echamos de menos cuando paseamos en las noches de verano, y tenemos ganas de tomar algo fresco, sin necesidad de entrar en un establecimiento. Si nos encontramos uno, estamos salvados. Es tan famoso este carro que incluso hay una expresión coloquial ("te han pillao con el carrito del helao") que significa que alguien ha sido sorprendido in fraganti haciendo algo de lo que deberá arrepentirse, que le han pillado "con las manos en la masa", otra expresión con sabor culinario muy de moda en estos tiempos plagados de corrupción. El carrito del helado se merece un homenaje, pues, a pesar de esta frase, los heladeros siempre han sido gente honrada. Curiosamente, el año pasado, paseando en nuestras vacaciones en Asturias, nos encontramos con uno bien mono. El letrero del toldillo publicita "Helados Los Valencianos", un nombre muy popular en Palma del Río, como en otras partes de España, pues los oriundos del antiguo reino de Valencia han sido siempre famosos por ser excelentes fabricantes de helados. Nos tomaremos uno para celebrarlo.

2 comentarios:

Anamari dijo...

En Avilés, interesante y bonita ciudad.
Yo me crié con el carrito de los helados de Celedonio que tenía la fábrica en la calle Conde de Palma, también hacia dulces. Muy cerca, en la calle Genial, estaba el obrador del Bollito; un barrio muy dulce.

Manolo dijo...

Los de Ibi insuperables.