lunes, 25 de enero de 2016

Niños en brazos


Se vuelve a liar la marimorena  por otra imagen de alguien en su actividad diaria, su "trabajo", con su hijo en brazos. Hace unos días la lió Carolina Bescansa, la diputada de Podemos, en el Congreso de los Diputados, al presentarse a su primera sesión con su bebé. Ahora es Fran Rivera, el torero, el que se deja ver con su hija en brazos, mientras torea. Una parte de la sociedad española criticó a la primera por su gesto, mientras los suyos le aplaudían. Lo mismo está pasando con el torero, pero en ámbitos contrapuestos. Ambos se defienden. Y ambos están escasos de razón. No hacía falta llevar al bebé al escaño, ya que disponen de guardería en la cámara baja y encima no lo necesitaba, pues tenía esperándole su "chacha", que es la que, de verdad, se encargaba del crío. Una burla de lo que han pasado esas mujeres, por ejemplo, cogiendo algodón o aceituna, que no tenían más remedio que llevar a sus bebés a la faena, porque no había medios ni derechos. Es una barbaridad llevar a tu hija en brazos en pleno lance taurino, poniéndole en peligro, por su corta edad y su nulo adiestramiento en la tauromaquia (aunque el torero piense lo contrario, y se ufane de revivir lo que él también experimentó con su padre). Hay profesiones donde es imposible hacer esto (¿se imaginan a una policía persiguiendo a un ladrón con el niño colgado en las espaldas?). Lo mismo ocurre con el caso del torero. Esas imágenes demuestran el grado de demagogia al que estamos llegando en estos días en España. Le llaman postureo a semejantes salidas de tono. No me extraña tanta estupidez. De la primera protagonista no me sorprende nada la payasada (la propaganda simplona es el 90% de los actos de su formación). Del segundo, una vez más me reafirmo en que la mayoría de los toreros hace un flaco favor a la tauromaquia con sus declaraciones y manifestaciones públicas. Lástima de tanto intelectual (Picasso, García Lorca, Ernest Hermingway, Ortega y Gasset, Rafael Alberti, Miguel Hernández...) que ha empleado el mundo del toreo en su producción artística, tan desaprovechado. Ambos están demostrando que los niños siguen siendo considerados como objetos, no como personas. Me repugna que se manipule así a la infancia.

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