lunes, 19 de mayo de 2014

Encuentro del Osasuna con el Betis: Otro desmentido a los racistas


La liga terminó el fin de semana con la victoria del Atlético de Madrid, tras empatar con el Barcelona en el partido del sábado pasado. No vi el encuentro (estaba en la feria de Palma del Río), pero en la caseta donde estábamos tenían una televisión encendida y mucha gente estaba presenciando el partido. El entusiasmo crecía por momentos. Parecía como si hubiesen salido millones de aficionados del equipo colchonero hasta debajo del albero que sirve de pavimento en el Paseo. Era obvio que los numerosísimos hinchas del Real Madrid lo que querían era, ya que su equipo había perdido la oportunidad de llevarse el campeonato de liga, que lo perdiese el eterno rival, no el de "casa", el de la misma ciudad, sino el Fútbol Club Barcelona. Así estaban eufóricos con el empate, que servía para que los del estadio Vicente Calderón, fuesen los campeones. Y el Barça saliese humillado. 

Para mí, que soy poco futbolero, pero aficionado de Betis, más sentimentalmente que otra cosa, ya tenía poco interés la liga. Mi equipo estaba prácticamente en el descenso. Así que el partido que jugaba el Betis en esa jornada, el que tuvo lugar el domingo, carecía de atractivo. Somos los béticos sufridores, como se consideran así mismos también los colchoneros. Nuestro lema es el único de un equipo donde se nombra la derrota: ¡Viva el Betis, manque pierda! Así que, tras esos malos resultados de esta liga, solo nos queda resignación y esperar que remonten la temporada que viene. 

Sin embargo una noticia del partido del Betis del domingo me ha llenado de orgullo. Cuando en el minuto 12 marcó un gol el Osasuna, que jugaba en su campo, en Pamplona, una avalancha de seguidores locales se precipitó al campo tras chocar con la valla de protección. Hubo numerosos heridos. Y el encuentro hubo de detenerse para socorrer a los espectadores. Los jugadores de los dos equipos, además de otros miembros de sus equipos técnicos, fueron a ayudara a los socorristas, consiguiendo salvar a muchos. Sin importar quienes eran, todos se echaron una mano mutuamente para ayudar a los numerosos espectadores caídos. La imagen de N´Diaye, el futbolista del Betis, sosteniendo un niño herido en el incidente, para rescatarlo de morir aplastado, es un ejemplo de solidaridad que ha recorrido la red estos días. Y un ejemplo para los demás de bien hacer. 

Recordaba hace poco el incidente del plátano con Dani Alves, otro jugador de raza negra, que sufre ataques racistas. N´Diaye, también negro, ha demostrado ser mucho mejor persona que esos indeseables. Un ejemplo de que las razas no hacen mejores ni peores personas. Mi aplauso para todos los jugadores por su valentía y humanidad. Y especialmente para N´Diaye. Muchos jugadores, y personas así son las que necesitamos. Y no esos descerebrados racistas y ultras que tanto daño hacen. 

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