sábado, 24 de agosto de 2013

Cantabria: gula y lujuria


Durante el largo y espléndido paseo por Santillana del Mar, en nuestro viaje a Cantabria de este verano, además de comprar los habituales recuerdos del lugar, nos llevamos productos de la tierra, como los quesos, por ejemplo. O probamos las quesadas, los sobaos o la leche de vaca recién ordeñada, junto a la fotografía que colocaron a la puerta del Obrador Quevedo, lugar que salió en uno de los espacios del programa "Un país para comérselo" de Juan Echanove e Imanol Arias. 


Unos de esos productos típicos de la tierra (además de las famosas anchoas, preferentemente de Santoña) son los dulces que, con nombres jocosos y lascivos, llenan las estanterías de muchos comercios. Esos "chochitos ricos" con mantequilla y frutas del bosque, o los "cojones del anticristo", que era como llamaba el Beato de Liébana a su oponente, el arzobispo de Toledo, Elipando. Y para terminar, por supuesto, en el deseado "orgasmo" a la crema de orujo con frutas del bosque, que te promete un paraíso de sensaciones placenteras. Gula y lujuria para endulzar un estupendo y pecador viaje. Que recomiendo hagan cuando puedan.

2 comentarios:

Jesús Herrera Peña dijo...

¡Ay, granuja! ¿Qué te esperabas?
Junto a los chochitos y a los sobaos, no podían faltar los orgasmos.
La trinidad al completo.
Todo lo que no sea así son ganas de retorcer la cruda realidad.
¡Qué dulces!

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Se lo montan bien en el Norte, sí. Muy dulcemente, jajajaja. Todo un pecaminoso placer.