jueves, 28 de marzo de 2013

Miguel Hernández, in memoriam


Hoy hace 71 largos años desde que se nos fue Miguel Hernández. 




Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.


(Elegía a Ramón Sijé, del libro El rayo que no cesa)

Y tenemos que seguir hablando de tantas cosas...

6 comentarios:

Jesús Herrera Peña dijo...

El pastorcito de Orihuela dejó una huella tan profunda que pasarán más de mil años, muchos más, y no se habrá borrado del todo.
Se murió sin enterarse lo importante que era para tantos y tantos españoles de tantas generaciones.
Yo, en mi precariedad, recientemente he colgado un vídeo en YouTube sobre una de sus poesías.
No es gran cosa, así que no te pierdes nada si no lo visitas.

Saludos afectivos,

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Siempre un recuerdo con tanta carga, como un poema, es gran cosa. No seas modesto, Jesús.

Saludos muy afectivos.

José Felipe dijo...

Miguel Hernández nunca morirá. Fue, junto con Lorca mi compañero de momentos de soledad en aquella época en la que era difícil compartirlos.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Las muertes trágicas hacen inmortales a los artistas.

Anónimo dijo...

cada vez que escucho a Jarcha cantando esto,lo que siento es indescriptible, me embarga una emoción muy fuerte. LUI

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

La carga emotiva del poema, claro, conmueve a la mayoría, LUI. Pensar que un pastor fuese capaz de semejante expresividad, sin pasar del bachillerato, es maravilloso.