viernes, 1 de febrero de 2013

La foto del viernes: la tarjeta de crédito de la discordia


Hace cinco años, Emilia Soria se encontró una cartera sin dinero y con una tarjeta de crédito. Como no estaba pasando por un buen momento económico y personal, precisamente, usó la tarjeta de crédito para comprar comida y pañales para sus hijas. Le cogieron y la condenaron por delito continuado de estafa y falsificación de documento mercantil. ¿A que estos tipos delictivos suenan a los "grandes acontecimientos" que estamos viendo en el panorama nacional en estos azarosos días? Sobres, contabilidad en B, dinero negro, cuentas en Suíza, bancos y cajas en la ruina por manejos de sus dirigentes, subvenciones públicas millonarias desviadas, pagos por trabajos inexistentes ... Sin embargo no vemos que ninguno de los "ilustres" protagonistas de esos magnos acontecimientos vayan a prisión por ello. La mayoría de ellos se pasea por las calles, sonrientes ante la prensa, o permanecen en sus puestos engordando sus bien cuidadas anatomías. No era el caso de Emilia. Ella fue condenada y, a pesar de los trabajos en beneficio de la comunidad que estaba realizando, se le ordenó su ingreso en prisión. Una ola de indignación volvió a inundar nuestro castigado suelo. Mientras se indultaba a banqueros, políticos corruptos o conductores que matan a otros usuarios de las vías públicas, Emilia debía ir a la cárcel por 193 euros. Calderilla en comparación con los millones "blanqueados" últimamente, por ejemplo, y cuya evasión no será considerada delito por una "muy oportuna" modificación del Código Penal

Afortunadamente hoy el gobierno ha indultado a Emilia Soria. Un pequeño gesto para una ciudadanía hastiada de tanta corrupción, pero un importante alivio para esta mujer y su familia. Bienvenido sea el perdón.

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