miércoles, 26 de septiembre de 2012

"¡Que soy compañero, coño!"


Ayer las calles de Madrid volvieron a incendiarse. La policía cargó contra los manifestantes que se acercaron al Congreso de los Diputados, en la convocatoria "25-S, rodea el congreso". Unas marchas legales  (salvo una, que no fue comunicada como manda la ley). No hubo asalto al Congreso, como algunos grupos parece que pretendían al principio, sino manifestación. Pero la policía cargó contra un grupo y hubo detenciones y heridos. Previamente la Delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, había caldeado el ambiente con declaraciones insultantes hacia los convocantes. Dijo que eran golpistas, como los del 23F. Y realizó un despliegue policial totalmente inmerecido. Estaba claro que se prepararon para "previsibles" (o previstos incidentes). 

Hoy el Director de la Policía ha defendido su actuación diciendo que los incidentes respondían a un plan premeditado: "Actuaron de forma organizada y estructurada, todos ellos armados con escudos, palos, piedras, botes y objetos contundentes que lanzaron a la Policía". Y han difundido imágenes con esos objetos, como la que encabeza esta entrada. En ella vemos, además de alguna piedra, una funda de gafas (estoy asustado, pues me podrán detener muy pronto: tengo varias, para guardar esta prótesis para mí tan necesaria), pilas eléctricas (menudos terroristas los aparatos reproductores de música, por ejemplo), una bandera (¿pero, no había que envolverse en banderas patrióticas?), mecheros (supongo que detendrán pronto a Esperanza Aguirre por defender que se fume en Eurovegas, a pesar de la prohibición), un teléfono móvil (¿nos detendrán ahora por portar este artilugio tan popular en nuestras calles?) o un muñeco de peluche con forma de elefante (imagino que lo "contundente" se referirá a que recuerda a nuestro monarca y su afición a cazar estos proboscidios, pues no veo a la policía entrando a saco en las jugueterías requisando muñecos por ser armas de destrucción masiva). Un arsenal de armamento de lo más peligroso.


Eso sí, la organización y la estructuración la podemos ver en este vídeo que está circulando por toda la red. En ella se ve a unos policías golpeando a otro, con "disfraz de anarquista, de extrema izquierda u okupa" (en palabras de Cosidó), mientras él se defiende diciendo que es un compañero, otro policía. Infiltrados, organizados, perfectamente estructurados los policías ¿para provocar incidentes desde dentro, de los que culpen a los manifestantes? Algo habrá, pues si creemos al Gobierno, la policía actuó correctamente y por tanto la agresión al "presunto manifestante" estaba justificada: algo haría, ¿no?  ¿O le pegaban por placer? El Gobierno debe muchas aclaraciones.

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