miércoles, 13 de junio de 2012

Entre pitos y flautas: en el PP, como una regadera


Entre pitos y flautas es una expresión que significa "entre unas cosas y otras". Así nos vemos, entre pitos y flautas. Con la prima de riesgo por las nubes, los mercados en un sinvivir, el rescate financiero que no arregla nada, el gobierno negando el rescate (dicen que es un préstamo que pagará la banca, cuando es dinero que presta Europa al FROB, es decir, a un organismo del Estado, y así lo ha repetido Rajoy hoy), con la monarquía en cuestión por asuntos "turbios", con el presidente del Consejo General del Poder Judicial otra vez denunciado y con un disgusto, por revelaciones de gastos y viajes, todos los días en la prensa, con la amenaza seria de "corralito" por lo de España, Grecia, Italia, y con nubarrones sobre Francia y Alemania. Y con Rajoy, que no tiene tiempo para explicar en el Congreso esa magnífica gestión del préstamo (según él), que es lo mejor de lo mejor. ¿Por qué no va a presumir de sus buenos oficios y "presiones", de su éxito, que ha "contentado" tanto a los europeos? Algo oculta. Menudas "flautas".

No, hijos e hijas, no, para lo que sí hay tiempo es para los pitos, no para las flautas. Lo que se debatió ayer en el Congreso de los Diputados fue, por la vía de urgencia (sí, sí, esto es lo urgente, para el gobierno del PP) una proposición de ley de las Cortes Valencianas (donde el PP goza de mayoría absoluta) para prohibir las pitadas (ahora vienen los "pitos") al himno nacional, la bandera o los miembros de la Casa Real, y castigarlas a través de la Ley del Deporte. Que hundan un banco no es problema, que la economía haga aguas por todas partes tampoco, que destrocen el Estado del Bienestar no importa, que haya cada vez más paro da igual, que la gente se quede sin su vivienda es lo mismo, que nos quedemos sin sanidad o educación públicas no es problema... lo que importa es el fútbol, el himno y las banderas. Algunos ayer en el congreso preguntaron cómo iban a detener a miles de personas en un estadio cuando empezasen a pitar al himno. ¿Mandarían antidisturbios, o echarían napalm, o una bomba atómica, cerrarían las puertas y veríamos los estadios convertidos en campos de concentración como en el Chile de Pinochet? Y esta propuesta es de quienes hicieron de la pitada el deporte nacional cuando Zapatero hacía acto de presencia en público años atrás.


Daba risa y grima a la vez, por lo ridículo y atroz de la propuesta. Así que hasta el mismo Grupo Popular terminó votando en contra: 322 votos en contra y ninguno a favor. Sí, asombraos, el PP votó en contra de una propuesta de su propio partido. Se les ha ido la cabeza a estos listos que presumía de que iban a arreglarlo todo nada más obtener el poder. Por todos lados le llovieron tortas a Rajoy, tras la esperpéntica rueda de prensa del domingo, donde se presentó como "general" ganador de una batalla, tras haber sido rescatados por los "presuntos perdedores". Y ayer dieron un espectáculo grotesco en el Congreso. Cada día un numerito. Así nos va.

1 comentario:

Unknown dijo...

Entre pitos y flautas no acabaremos mal. Lo haremos por las políticas de quienes no tienen nada que explicar... ni quieren.