martes, 3 de enero de 2012

Y Twitter volvió a matar a Fidel Castro


No es la primera vez. Ayer en Twitter corrió el rumor de que Fidel Castro había muerto. Una vez más los periodistas se dispusieron a investigar la noticia. Desde que en 2006 enfermara y que luego renunciara a su cargo en 2008, los rumores sobre su delicadísima salud no paraban de generar la esperada noticia de su fallecimiento. Incluso la imagen manipulada de Castro en su ataúd circuló por la red. Falsa alarma, hasta Fidel se ríe de esos rumores.


Todos, opositores y hasta partidarios, creían que el líder de la revolución cubana tenía los días contados, por su mala salud. Mala salud de hierro que no ha impedido que le veamos en alguna entrevista u otras noticias, hasta con imágenes, que demostraban que no había muerto. 


No lo mataron las balas de las tropas de Batista, ni las de los invasores de Bahía de Cochinos. Nadie ha podido acabar con él por  la fuerza. Es uno de los mandamases más longevos de la historia reciente. Además protagonizó uno de los traspasos de poder monárquico-comunista, anterior al del recientemente muerto dictador coreano. Éste último, Kim Jong-il, nombró a su hijo Kim Jong-un heredero y sucesor en el poder en Corea del Norte. Fidel dejó el poder en 2008 y nombró a su hermano Raúl como jefe del país. La recreación del poder dinástico, la herencia de sangre, en el seno del movimiento comunista recalcitrante. Casi nada. 


Ayer ya pensábamos que iba a ganarle la partida a nuestro también longevo mandamás hispano, en el otro extremo del arco ideológico, de cuya amistad han presumido ambos: Manuel Fraga


Fidel tiene 85 años, Fraga 89. Fraga se retiró hace poco tiempo, en septiembre del año pasado. Los dos tienen ascendencia gallega. Se han llevado bien y tienen un pasado repleto de aventuras. 


Se parecen también en que duran más que las pilas alcalinas del conejo del anuncio. Algunos esperaban su desaparición hace tiempo, pero permanecen ahí. Los dos siguen, con genio y figura. Dos prototipos del hombre político-aventurero del siglo XX, que han traspasdo la frontera del siglo XXI. 


Hasta coinciden en tener imágenes de baño en la playa. 


Son parecidos como dos gotas de agua, de diferente color, pero presentes en sus tres formas e inextinguibles como este elemento natural: líquidos, con volumen constante y tendentes a ponerse a nivel; sólidos, como una roca y con pétreas convicciones; y gaseosos, que tienden a expandirse indefinidamente. A este paso serán ellos los que asistan, entre risas, a nuestro funeral. ¿Hay alguien inmortal? Pregunten aquí.

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